miércoles, 13 de diciembre de 2006

El Mundialito de los cojones

Capitulo 2

Tokyo, 9:00. Me despierto tirado por los suelos de la terminal en Tokyo, Japón. Deduzco que las inyecciones de morfina que me pusieron para que dejara de mencionar a los familiares de los pasajeros del avión tuvieron efecto. Cientos de martillazos retumban en mi cabeza, pero finalmente consigo abrir un poco los ojos. Me extraña ver a mi alrededor a grupos de turistas vociferando y tirandome fotos sin parar. Intento entender lo que dicen por el oido que no me sangra:

-Oh my god! Look this! they draw the japan flag in his ass!- Dice un inglés a su familia.
-Giovani Rana, Giovani Rana!!- Grita emocionado el italiano.
-Ramala Ramala!- Exclama el marroquí mientras intenta vaciar los bolsillos de los otros dos.

Me levanto rapidamente para averiguar cuál es el motivo de tanta expectación, mientras la multitud pone cara de sorpresa y expectacion. Todo parece en orden... excepto porque mis pantalones estan bajados hasta los tobillos. Un dolor intenso recorre mi espina dorsal hasta mi ojete. Al fin comprendo que en los proximos dias no podre sentarme. Con cara de no haber pasado nada me subo los pantalones mientras insulto a la reina de Inglaterra para desesperacion del puto inglés. Que se joda.

Me pasé el dia visitando los sitios más famosos del centro de Tokyo. Fue de lo mas agradable. Los japoneses eran tal y como me esperaba: amables, trabajadores, idiotas y sin sentido del ridiculo. Lo que mas me extrañó es ver que no se tiraban de cabeza contra las puertas ni cruzaban ríos sobre piedras que se hundian, como en la tele.

Fui a dormir temprano, pensando en los partidos que se jugaban mañana del Mundialito. Ante todo soy un profesional, asi que lo preparé todo para levantarme fresco y con energias para ir al campo a escribir las cronicas de los duelos disputados...

"Toc, Toc, Toc"... Me desperté de un sobresalto al oír que alguien golpeaba la puerta de mi habitacion. Aunque la cabeza me dolía y me daba vueltas, rapidamente escondí las botellas de Whisky, espolvoreé las veintitantas rallas de cocaina y tiré por la ventana les jeringuillas. Acto seguido, arrastré el cuerpo sin vida de la prostituta japonesa y lo escondí dentro del armario, al lado de Tom Cruise.

-Hey Tom, todo bien?- Saludé educadamente.

Finalmente, cuando los toquecitos ya se estaban conviertiendo en violentas patadas, abri un poco la puerta.

-Selvicio de habitaciones, ¿está todo en olden?- Me soltó asi, sin mas, el puto chino.
-Si, si, todo correcto... ¿Que hora es?
-Las once menos cualto de la noche, senyol.

Me cago en la puta!! Me habia quedado dormido todo el dia, por lo que los partidos que tenia que cubrir ya se habian jugado. Mi jefe me va a matar, pensé.

-Alguna cosa mas?-
-Si... una ultima pregunta... ¿Los chinos veis las cosas en panoramica?

Después de que me indicara el cybercafé más cercano, fui allí con la intencion de enterarme de los resultados de los partidos del Mundialito, y enviar alguna chorrada a la redaccion para que se creyeran que habia hecho mi trabajo. Una vez dentro, me puse a navegar en las mejores webs de futbol, tales como Marca o As.com. Sus titulares estaban al nivel de tan alto periodismo, y asi pudé encontrar en primera página noticias como "Raúl mete el gol numero 100 en el partido de solteros contra casados", "Beckham y Cannavaro compiten por ser el más guapo" o "El niño Torres reconoce ofertas de Manchester y Chelsea (sic)" Finalmente, encontré los resultados que buscaba:
Jeonbuk FC 0-1 CF America
Auckland City FC 0-2 Al Ahly

Triste por haberme perdido tal espectáculo balompédico, escribí cuatro cosas sobre cada partido. Total, esos equipos no los conoce ni su puta madre, pensé esperanzado porque nadie descubriria que en realidad no habia acudido al campo. Para terminar, puse algunas fotos, para dar mas credibilidad, sobre el público que supuestamente habia asistido al partido jugado entre Auckland City y el equipo egipcio de Al Ahly.



Contento por el trabajo que habia hecho, pulsé el boton de enviar. Y mientras la ambulancia se llevaba el cádaver del chino que estaba a mi lado por haber jugado sin parar 326 horas al World of Warcraft, yo me senti verdaderamente feliz. Y mañana, tocaban las semifinales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jejeje putos japos, la clavas con la descripcion. seguid así.