martes, 16 de enero de 2007

And the golden globe goes to...

Dicen las malas lenguas que algunos premios públicos importantes se los dan a las minorías para contentarlas mientras el resto del año les siguen dando por el culo. Pues parece ser que este 2006 la policía de Los Angeles se debe haber puesto las botas hinchando a hostias a negros y latinos por doquier, y ahora intentan compensarlos. Porque sino algunas cosas no se entienden. Y eso que los globos de oro los entrega la prensa extranjera de Hollywood, que según algunos snoobs son mucho mejores que los Óscar, esos premios que dicen se entregan por motivos políticos. Se lo va a creer su puta madre.

Y es que lo que sucedió en algunos momentos en la gala de los globos de oro rozó lo esperpéntico. Estaba claro que ser negro o latino te daba puntos para ser galardonado. En plan “aunque cuándo salgáis de aquí la policía os meta de hostias a lo Rodney King, tenéis los mismos derechos que los blancos”. Así, por ejemplo, vimos como le daban el globo de oro a Jennifer Hudson o Forest Whitaker, ambos de color. Hasta aquí, todo bien. La cosa ya empezó a presentar cierto tufillo cuándo “Ugly Betty” ganó a mejor serie de comedia. Así tal cual. Ni la mundialmente alabada Mujeres Desesperadas ni pollas. Minutos más tarde, le daban el galardón a mejor actriz de serie cómica a America Ferrera, protagonista de la anteriormente comentada Betty la fea. Por delante de Marcia Cross o Felicity Huffman. En toda la puta cara. Los latinos ya estaban contentos. Esa noche Schwarzenegger ya los podía repatriar a patadas, que no pasaba nada, que la industria cinematográfica había reconocido los méritos de su comunidad, y ya no veían tan malos a los blancos que les escupían en la cara.

Cuándo la ceremonia pasaba más o menos por la mitad, llegó uno de los momentos cumbre de la gala. Se entregaba el globo de oro a mejor actor de reparto. Uno a uno, iban presentando a los candidatos: Brad Pitt, Jack Nicholson, Eddie Murphy, Mark Walhberg… un momento... He dicho Eddie Murphy???!!!. ¿¿¿Qué coño hacia Eddie Murphy candidato a mejor actor??? Ya me imagino al jurado de los globos de oro discutiendo sobre las nominaciones:

-Necesitamos más negros. ¿Que tal Beyoncee?
-Perfecto. La vamos a meter en el grupo de mejor actriz en comedia y musical. ¿Le damos el globo?
-Buff… Ya es cantoso nominarla, si encima le damos el premio igual nos pasamos, teniendo en cuenta que esta chica no es ni actriz…
-Eeeeh, ¿que tal Eddie Murphie?
-Genial! Vamos a nominar también a Eddie Murphy, que presenta el arquetipo de negro que buscamos a la perfección: hace de tonto o payaso en todas sus películas. Voy a escribir su nombre en la lista de nominados por actor secundario…
-Espera espera… ¿Y si lo nombramos ganador?
-¿Estas loco? Pero si es Eddie Murphy!!!
-Pensad un poco… la comunidad negra se va a poner a tirar cohetes cuando le den el globo de oro a Eddie Murphy por delante de Jack Nicholson o Brad Pitt! No se van a quejar de nada más en lo que queda de año!!

Y así es como Eddie Murphy ganó el globo de oro a mejor actor de reparto. Por delante de un mito como Jack Nicholson o de la soberbia actuación de Brad Pitt en “Babel”. Con dos cojones. A servidor lo invadía la vergüenza ajena.

La gala transcurrió, con algunos cantes más, y con alguna que otra decision acertada, o simpática por lo menos. Hugh Laurie, que cada vez su carácter se parece más al del personaje de House, volvió a ganar por mejor actor de serie, y Sasha Baron Cohen (puede que injustamente), ganó a mejor actor de comedia. Por lo menos estuvo gracioso. Cuándo ya faltaba poco para terminar, llego el segundo momento mágico de la gala, este mucho más subjetivo. Como el resto de películas nominadas, tocó el turno de poner alguna escena de “The Queen”, película protagonizada por el personaje de la reina de Inglaterra, Elisabeth II, durante los días previos y posteriores a la muerte de Lady Di. No he visto la película. Es más, parece que no es un bodrio infumable. Pero paso a relatar la única escena que he visto de “The Queen”, a riesgo de equivocarme.

El fragmento empieza con la reina Elisabeth II totalmente sola en medio de un monte (¿¿??), sin guardaespaldas ni nada. De repente aparece un ciervo, mientras la reina se queda embobada mirándolo y exclamando: que belleeeeeza… Acto seguido, se escucha un disparo a lo lejos, de un cazador. Siguen sin aparecer guardaespaldas ni nada parecido, y la reina, evidentemente, se queda tan valiente en su sitio. Terroristas de todas partes, ya sabéis qué hacer para asesinar una de las personas más importantes para el mundo Occidental. Sólo tenéis que comprar una escopeta de caza y vagar por los bosques ingleses, a la espera de encontrar a Isabel II perdida por ahí mirando ciervos. Pero seguimos relatando la escena de la película. Después de escuchar el disparo, la reina le dice al infortunado animalito que se vaya. Éste, sin duda subyugado por el poder sobrehumano de la todopoderosa Isabel segunda de Inglaterra, le hace caso y se va. Y así termina la bonita historia, con la reina salvándole la vida al pobre ciervo. Esa es la visión revolucionaria del director y guionista de “The Queen” sobre los hechos.



Peter Morgan, guionista de The Queen..."Y despues de salvar al ciervo, la reina se vestirá con un maillot rojo y azul para ir a luchar contra los malvados alienígenas que pretenden destruir a la humanidad..."



Desde esebueno.blogspot.com desconocemos el número exacto de pollas que tuvo que chupar la monarquía inglesa para que les hicieran esta película-homenaje. Pero sospechamos que fueron muchas.

Y para terminar, los momentos que más expectación creaban. El ganador a mejor película de comedia, fue, obviamente, para “Dreamgirls”, superando así a “Borat”, “Little Miss Sunshine” o “Gracias por fumar”. Películas que, pese a ser superiores, cometieron un grave error: no están protagonizadas enteramente por negros, como sí es el caso de “Dreamgirls”. Y para finalizar, el globo de oro a mejor película dramática fue a parar en manos de Alejandro González Iñárritu, ese director que se cree Dios, y su aceptable pero aburrida y pretenciosa “Babel”. Dosis de alegría latina para terminar el festival. Mal vamos si esta es la mejor película del año.

Para finalizar el resumen de los globos de oro, unos apuntes rápidos sobre otros premios que se repartieron anoche. Martin Scorsese y su película “Infiltrados” se tuvieron que contentar con un único galardón, el de mejor director. Supongo que no dar ningún premio a la mejor película de la gala hubiera apestado un poco.

Leonardo DiCaprio, que tenia hasta dos nominaciones en la categoría a mejor actor, no se llevó el globo de oro. Pese a tener un apellido sospechosamente italiano. Parece ser que desde que ya no ponen cabezas de caballo dentro de las camas de los productores de cine, los italianos ya no infunden tanto respeto.

Nota positiva de la noche: Ben Affleck no ganó nada. Esperemos que nunca se cambie el nombre por el de Wilson Gutiérrez. Ya solo nos falta ver a Affleck recogiendo premios.

Hasta la próxima edición de los globos de oro. Los premios de la solidaridad. Wesley Snipes ya se esta frotando las manos.

viernes, 12 de enero de 2007

Comida de Navidad

Ah! La navidad, de nuevo esa época en la que proliferan las burlas hacia la gente enana con gorros verdes puntiagudos, hacia los negros con corona falsificada y culo por buzón. Ese memorando del monopolio de nuestra querida y fatal coca cola mediante Papas Noeles modificados genéticamente. Ese refuerzo de un folklore nacionalista que consiste en la hermosa idea de un trozo de leña que caga entre su estiércol los regalitos para los niños que han amargado menos la vida de sus padres. Ese secretismo místico, esos desengaños que van de bracito con la pubertad. Esos suicidios colectivos de críos japoneses que descubren que ese Papa Noel en versión “otaku” nunca ha existido…

Pero centrémonos en uno de los aspectos ya citados en el post anterior: atiborramientos navideños, empaches pre-traumáticos y gastronomofagia en general.

Imaginemos la típica estampa de comida navideña: Toda la familia reunida alegremente alrededor de una gran mesa, con nuestra abuela deseando empezar a inyectarnos toneladas de comida por la boca, cual violador babea mientras observa a su víctima antes de proceder. Ante nosotros, la mesa. Estoy solo ante el peligro, y rezo para que mi estómago pueda hoy rendir al 150%, para no tener que estar una semana con descomposición diarreica. El abundante aperitivo se extiende como un campo de minas sobre el hortera mantel que mi abuela utiliza en ocasiones especiales. Sin duda, una vil táctica para hundir la moral de nuestras tropas. Nos lanzamos al ataque, intentando flanquear al enemigo por la parte de los dátiles con bacon (que parecen mierda de gato enrollada en piel escrotal). La línea del frente rival está compuesta por aceitunas rellenas de anchoa (cual suicida iraquí relleno de TNT) y tacos de queso y jamón a modo de barreras antitanque. Uno de los flancos de dátiles cae fácilmente, mientras que el frente enemigo resiste. Eso se debe, en gran medida, a que el queso está más seco que la vagina de una secuoya milenaria, por lo que produce asco y repulsa a nuestros muchachos. En su segunda línea de frente, está apostada su batería de guerra biológica, en forma de mocos de mar, berberechos, almejas y demás frutos del líquido elemento. No son obstáculo alguno para nuestras tropas de choque, apoyadas por nuestros oficiales de mayor rango (padres, tíos y demás). Hemos ganado la batalla del Aperitivo, pero no la guerra.

Sin dejarnos sin tiempo ni para acompañar a la prima bulímica de turno hasta ese lavabo que queda a millas de distancia del comedor, surge en el campo de batalla una fuerza mucho más temible y devastadora que el aperitivo. Efectivamente, os estoy hablando de los canalones, escalofriantes cañones alineados de forma estratégica para propulsar a nuestros carcomidos estómagos quilos y quilos de carne y cerebro de indefensos animales con gripe aviar. Algunos de nuestros hombres caen en el intento de neutralizar esa carga tan nefasta, mientras otros vomitan cual fuentes de residuos al saber que la bechamel ha sido elaborada con esperma de dromedario adulto. Nuestras filas, pues, empiezan a desquiciarse ante esa trama que mi abuela, con tanta vileza, ha tejido en horas de ganchillo y telenovela.

Continuará...

Por k.s.x. & Nemesis

jueves, 11 de enero de 2007

Dulce navidad

Ah, sí. Hasta el año que viene, Santaclaus, Los Reyes, El Tió (en Catalunya) y la madre que los parió. Y es que ya era hora joder. Sí, ya se que yo también he recibido algun regalo, pero eso no quita que sea un absoluto engorro eso de la navidad. Empezemos por el principio.

Finales de diciembre. Se acaban las clases hasta después de reyes. Genial, piensas. Hasta que te encuentras la típica fracasada asocialdemierdaquesoloviveparaestudiar que ya está pensando en los exámenes de finales de enero.

-Uy, me pasaré la navidad estudiando!

Inmediatamente después de oír tal aberración, el odio me corroe. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡A QUIÉN LE IMPORTAN LOS PUTOS EXÁMENES AHORA JODER SO PUTA!!!!!!!!!, pienso. Pero prefiero dejarla sumida en su propia depresión estudiantil:

-Yo también, tenemos que estudiar, que hay mucho temario!

Así me aseguro dos cosas:

a) El sujeto en cuestión no me rayará mas al estar 24h/día encerrado en su habitación estudiando.
b) No tendrá vida social por un tiempo, aunque vista su manera de pensar, tampoco debe tener mucha el resto del año. Siempre va bien acabar el año con una buena acción en ayuda del prójimo.

Al cabo de unos dias empieza el bombardeo de comidas familiares. Sí, esas en las que son las seis de la tarde y aún no habéis llegado a los postres, y donde te ha tocado al lado de la típica tía de tu madre que tiene unos pelacos en la cara que se te clavan como agujas cuando le das los dos besos de protocolo, y que huele a sobaco. Esas en las que estas empachado una semana porque la abuela te atiborra de comida como un cerdo. Esas en las que flota en el aire ese inconfundible pestazo a vejestorio menopáusico. En fin, las alegres comidas familiares navideñas.

Luego vienen los bonitos sms de navidad. "Te deseo lo mejor, que todo te vaya muy bien bla bla bla" Si, ya. Si la última vez que me hablaste fue hace un mes y medio, putón. O las cadenas de e-mails. "Si no envias este mail a almenos diez personas, no serás feliz el año que viene" Menuda novedad. Por no decir la bonita costumbre de desear feliz navidad a todo el que te encuentres por la calle. Esa es la cosa mas estúpida de la historia. "Feliz Navidad" Porque no feliz semana santa? O felizes tres meses de vacaciones de verano? No, tiene que ser Feliz Navidad.

Luego estan las compras navideñas. Tenemos todo el puto año por comprar, pero mola más hacerlo el día antes de los reyes (que por si alguien no lo sabe son los padres) a las 8 de la tarde. Ese día mas vale no salir de casa si no quieres verte en la situación mas agobiante e irritante de todo el año. Además de encontrarte ese día con todo dios, que tiene prisa, pero hace el papelito de pararse a hablar contigo y hacerte la pregunta ultrainteligente: -Qué tal?- Oviamente la respuesta es -Pos mira, bien, haciendo compras de última hora jeje- (Cuando en realidad estas pensando: La puta madre que lo parió, tengo que comprar 75 regalos más y estoy aquí hablando con el mongol de turno.

Por lo menos nos queda la fiesta de fin de año. Esa en la que vemos la estampa de nuestros progenitores, personas sensatas que tienen (en teoría) que darnos ejemplo, con unas copitas de más. El momento de irse es cuando sale el típico que hace un comentario de índole mínimamente erótica i/o sexual y ves a tu madre y a todas las otras empezar a descojonarse o soltar sutileces como si fueran Lucía Lapiedra. Tienes tres opciones:

a) Irte a tu casa a olvidar que el mundo es así a base de Jack Daniel's.
b) Irte de fiesta con tus amigos a base de Jack Daniel's.
c) Vomitar.

Luego te recuerdan que no bebas los sábados, cuando sales de fiesta. Pero dejémosles ser felices.

Es la navidad amigos, la dulce navidad.