lunes, 7 de julio de 2008

Felicidades presidente! solo un 60% lo quiere fuera!

El mundo del fútbol vive días revueltos. La Roja (aunque viendo jugadores como Torres o De la Red debería decirse La Rosa), acaba de ganar la Eurocopa, la apoteosis del fútbol, destronando nada más y nada menos que a la poderosa Grecia, antigua campeona del torneo, y viva representación del nivel necesario para ganar tan preciado título. En Catalunya, donde servidor reside, las calles se llenaron de simpáticos mozos ondeando la rojigualda con el pollo. Esos jóvenes a la última moda, concienciados con el civismo, pues la mayoría llevaban ceniceros en la cabeza, sin duda preocupados por la escasez de contenedores donde arrojar las colillas. Esos chavales vestidos elegantemente con el chándal de Adidas, que o tienen muchos iguales o utilizan siempre el mismo, pero que oye, que si no llevas los pantalones Adidas y la camiseta española no eres un patriota de verdad.

En el Real Madrid, mejor equipo del mundo y del universo conocido, como lo nombro
La Pagina Definitiva, siguen empeñados en conseguir el preciado equilibrio del primer equipo que tanto desean Calderón, Mijatovic&Company y por eso ponen todo el empeño en gastarse 100 millones para traer a Cristiano Ronaldo, el (fallapenaltis chuloputas) considerado mejor jugador del mundo y el crack (haha!) de la última Eurocopa. Que digo yo que este jugador debe atacar, defender, crear y cortar juego, parar pelotas, y servir (papillas dopantes) agua durante el descanso. Lo que esta claro es que el chaval va a venir, como demuestran las concluyentes pruebas que sacó a la luz el diario Marca, y que provocarían el sonrojo a Grissom de CSI y a cualquiera que no sufra (retraso profundo) problemas psicológicos.

Pero uno de los temas estrella de los últimos días se trata de la moción de censura que agitó el Fútbol Club Barcelona, donde ayer finalmente se supieron los resultados. Euforia absoluta para todos, ya que aunque sea en el mundo del fútbol, no dejan de ser elecciones, y aquí todo Dios gana. Pero sobretodo euforia para el Presidente Laporta y su junta directiva, que celebraron que solo un 60% de los votantes querían su dimisión inmediata. Gran victoria que no pudo disimular Laporta, con una sonrisa en el rostro justo antes de empezar la rueda de prensa. El presidente dijo que se quedaba, incluso cuando le recordaron que años atrás había declarado que en caso de perder por un solo voto debería salir Núñez, presidente por aquellos tiempos, y al que Laporta le había hecho una moción de censura. Vendetta, que dirían en Italia y en el Marca. El caso es que no salieron esos necesarios 66’6% de los votos para echarlo, así que a Laporta le daba absolutamente igual que el voto al “sí” hubiera ganado por más de 25 puntos al “no”. Solo faltaba que se levantara de la mesa, se bajara los pantalones (que experiencia tiene en el tema), colocara sus gónadas sobre la mesa y exclamará “Me suda la puta polla el resultado, a mi de aquí no me echa ni Dios”.